No se escribe con una sola voz, tampoco con una sola verdad. Hija y nieta de migrantes, la escritora chilena Andrea  Jeftanovic ha hablado con nosotras sobre la experiencia de escribir como descendiente de exiliados. Ordenar lo que no se dice, reconstruir los olvidos, recopilar historias en otras lenguas, rescatar los momentos alegres, son texturas diferentes muy difíciles de unir con una sola hebra. El producto de su escritura es una suerte de cartografía cambiante que manifiesta la experiencia de quienes crecen en un territorio extranjero para sus padres. Una escritura de múltiples dimensiones que, lejos de tener pretensiones de reconstruir la vida de sus antepasados, surge como respuesta a esas pérdidas catastróficas. La réplica no puede ser otra que la reinvención, la imaginación y la ficción.

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Fotografía de la nota: Con Moris Albahari en junio 2022. Fotos: @mauricio mandler.