La escritora chilena, publicada por Portaculturas con No aceptes caramelos de extraños y Geografía de la lengua responde nuestro clásico cuestionario.

1. ¿Cuál es el objeto más antiguo que conservás?

Un reloj de bolsillo del año 1917 que todavía funciona perfectamente y que ha sobrevivido tres guerras: las dos mundiales y la guerra de los Balcanes. Lo más sorprendente es la ruta de ese reloj y la historia de cómo llegó a mis manos: algo como una posta de hombres nobles que me sostienen y me han regalado una segunda existencia. Un evento fortuito que me tiene jalando la hebra de una historia que es todas las historias juntas.

2. ¿Qué libro de otro autor produjo en vos el efecto que te gustaría producir en quienes te leen?

Tantos, pero tantos libros me han producido eso. Creo que uno se hace escritora porque de tanto experimentar esa conmoción deseas cruzar el espejo y estar al otro lado. Todos los días podría nombras autores y libros distintos. Haré una curatoría por género que solo vale por esta semana:

Novelas: Mar Negro de Ana Arzoumanian, El amante de Margarite Duras, Las olas de Virginia Wolff, La nieta del Señor Lihn de Philippe Claudel, La profesora de Piano de Elfriede Jelinek, Pedro Páramo de Juan Rulfo, En el culo del mundo de António Lobos Antunes, Desgracia impeorable de Peter Handke, Trieste de Dasa Drndic, La lengua absuelta de Elías Canetti, Lumpérica de Diamela Eltit, La insoportable levedad del ser de Milan Kundera, La señorita de Laura Papo. Testimonio: Si esto es un hombre de Primo Levi, Frazadas del estadio nacional de Jorge Montealegre. Cuentos: Tierras Bajas de Herta Muller, Tres luces de Claire Keegan, Los otros de Pía Barros. Poesía: Trilce de César Vallejo, Poesía completa de Olga Orozco, La novela de la poesía de Tamara Kamenzain. Teatro: Hamelin de Juan Mayorga, Los rinocerontes de Eugene Ionesco, Esa difícil condición de Isidora Aguirre.

3. ¿Lo mejor y lo peor que te dio la literatura?

Lo mejor: amigas/amigos y viajes y paisajes. Lo peor, alguno que otro enemigo, demasiadas horas sentada. Pero claro lo realmente negativo es todo aquello que sabotea la experiencia literaria.

4. ¿Cuál es el libro que más regalaste y por qué?

Soy una lectora polígama y excesiva no puedo ir con un solo libro. Hoy propongo esta tríada: El gran cuaderno de Agota Kristof, Agua viva Clarice Lispector, La vida entera de David Grossman. Los he regalado para introducir cierta inquietud en el festejado.

5. ¿Cómo qué disco suena la música funcional de tu cabeza?

Mi cabeza tiene algo de DJ, funciono con varias pistas de sonido que oscilan entre Cigarretes after sex, Phillipe Glass, Fado, Bossa Nova, Música Gitana, Jasmina Levy, Bach, Charly García, Gustavo Cerati, Janis Japlin, The Cure, Noa Achihim.

6. ¿Cuál fue el color más hermoso que viste en tu vida y dónde aparecía?

El violeta que aparece en noviembre con los jaracandá, tengo uno en mi jardín, es un color perfecto. O el azul que vi este año en Atenas, Grecia. Los colores necesitan de luz diáfana para lograr su esplendor.

7. ¿Con qué escritor o escritora que ya no pisa el mundo de los vivos quisieras tomar un taller literario?

Taller semanal con Gabriela Mistral y Rosario Castellanos (por la erudición, el rigor, lo viajera, la ironía y la libertad). Clínica de proyectos con Samuel Beckett (eso de desmontar el lenguaje y volverlo mínimo). Residencia artística con el cineasta griego Theo Angelopoulos (anhelo que mi escritura sea imagen, montaje, edición, poesía, paisaje, viaje). Y, de editor estilístico, a Gordon Lish.

8. Un libro que hayas prestado y no te devolvieron.

Tantos en la época pre internet, pre celular, etc. Recuerdo, Memorias de una joven formal de Simone de Beauvoir, El Lobo Estepario de Herman Hesse. Lo peor de todo no es no recuperar el ejemplar, sino ese ejemplar con las marcas y subrayados personales. Irremplazables.

Lo mejor de los libros digitales y otros sitios es que se evita prestar libros, más bien se recomiendan.

9. ¿Cómo ordenás tu biblioteca? ¿Nos mandás una foto?

Hay grandes secciones por género literario, narrativa, poesía, teatro, ensayo y teoría, libros híbridos, libros de arte, de historia. Luego, dentro de cada una me rijo por zonas geográficas (literatura chilena, latinoamericana, española, lusófona (Brasil y Portugal), otras tradiciones y por orden alfabético). Confieso que tengo estantes aparte para literatura judía y literatura de los Balcanes; esa forma de narrar y experiencias me constituyen.

Tengo más de una biblioteca. En otro espacio de casa, hay un rincón de libros de cabecera cerca del computador que tienen formatos y texturas distintas. Y luego, está la biblioteca “transitoria”, investigo mucho en cada uno de sus libros por lo que me acompaño de bastantes materiales. Terminado el proyecto tales libros regresan a su ubicación original. Claro, también está la sección fija diccionarios que amo, de distintas lenguas, de verbos, de conceptos afines.

Y, luego, hay una sección oculta que debo nombrar como los “estantes culposos”. Una enorme cantidad de libros adquiridos y regalados a la espera de tener tiempo para leerlos.

Link al artículo original: https://eternacadencia.com.ar/nota/nueve-preguntas-a-andrea-jeftanovic/10705